Google Translate ha dado un paso significativo al añadir 110 nuevos idiomas a su plataforma, una expansión que se ha logrado gracias a los avances en inteligencia artificial (IA). Este movimiento, anunciado recientemente en el blog oficial de Google, destaca el compromiso de la empresa con la inclusión y la accesibilidad lingüística a nivel global.
La incorporación de estos nuevos idiomas permitirá a Google Translate ofrecer servicios a más de medio billón de personas que anteriormente no podían aprovechar completamente esta herramienta. Este desarrollo no solo facilita la comunicación en diversos contextos personales y profesionales, sino que también promueve la preservación y el uso de lenguas menos comunes y en peligro de extinción.
La tecnología de IA ha sido clave para esta expansión. Google ha utilizado modelos de aprendizaje profundo para analizar y traducir una amplia variedad de idiomas con mayor precisión. Este enfoque innovador no solo mejora la calidad de las traducciones, sino que también acelera el proceso de incorporación de nuevos idiomas, permitiendo que más comunidades accedan a esta tecnología.
Además, la compañía expresó en su blog lo siguiente: «Desde el cantonés hasta el qʼeqchiʼ, estos nuevos idiomas representan a más de 614 millones de hablantes, abriendo posibilidades de traducción para alrededor del 8% de la población mundial. Algunos son grandes lenguas mundiales con más de 100 millones de hablantes, mientras que otros son utilizados por pequeñas comunidades indígenas. Incluso hay idiomas con casi ningún hablante nativo pero con esfuerzos activos de revitalización. Aproximadamente una cuarta parte de los nuevos idiomas provienen de África, lo que representa nuestra mayor expansión de lenguas africanas hasta la fecha, incluyendo fon, kikongo, luo, ga, swati, venda y wolof.»
Además de los beneficios directos para los usuarios individuales, esta expansión también tiene implicaciones positivas para negocios y organizaciones internacionales. Con una mayor cantidad de idiomas disponibles, las empresas pueden llegar a audiencias más amplias y diversas, eliminando barreras lingüísticas y facilitando la expansión global.